El comercio
En el Imperio bizantino hubo una gran prosperidad económica. Se desarrolló un importante comercio por el Mediterráneo y las monedas de oro que acuñaron se convirtieron en el principal medio de pago por toda Europa. Hay que tener en cuenta que este territorio estaba mucho más poblado que el Imperio romano de Occidente y que el fenómeno urbano estaba consolidado desde hacía muchos años, lo que convertía a las ciudades en importantes centros comerciales.
Los emperadores desarrollaron una red viaria y de abastecimiento de agua de grandes proporciones para estas ciudades. Una de las principales rutas comerciales fue la denominada «ruta de la seda», la primera gran ruta comercial de gran importancia. Estas rutas comerciales pasaban por Persia y, a través del golfo Pérsico, llegaban a Europa, o bien por el mar Rojo, hasta Alejandría.